Luces para avanzar en Transformación digital: superar los miedos.

Escribe Fernando González

¿Qué está pasando en las empresas y organizaciones?

Cada día se habla más de la transformación digital. Directorios y Equipos Gerenciales elaboran, comentan y analizan posibilidades sobre el cambio que se viene, el futuro inmediato, saben que la innovación en sus empresas es inminente y aunque son muchas las empresas que creen que están haciéndose cargo del desafío son pocas las que entienden cuál es el verdadero desafío.

En Chile las investigaciones indican que 4 de cada 10 ejecutivos considera que su modelo de negocios sufrirá un cambio drástico en los próximos 10 años, saben que los modelos de negocios existentes en la actualidad se encuentran fuertemente amenazados, de las 400 principales empresas chilenas, el 43% se encuentra rediseñando su oferta de valor con foco en el cliente, el otro 57%  no tiene claro que hacer, se encuentra paralizada o se encuentra inmerso en el día a día, es decir no existe claridad hacia dónde ir, saben que deben cambiar sin embargo no saben en qué, cómo hacerlo y no existe el convencimiento real de llevar a cabo el proceso de cambio, aflorando los propios miedos a la incertidumbre.

Sabemos que estamos viviendo la 4ta Revolución Industrial, una revolución tecnológica que va a alterar radicalmente la forma de vivir, de relacionarnos y de trabajar. La velocidad de cambio será exponencial sumergiendo a la humanidad en un contexto de conmoción y cambio sin precedentes, sin embargo aunque sabemos que el cambio que se aproxima es grande aún no sabemos con certeza qué va a pasar y menos qué hacer..

Se percibe la alteración de las cadenas de valor, proliferan las plataformas digitales como una fuerte competencia en precio, calidad y velocidad de entrega respecto a los operadores tradicionales, de las principales 400 empresas en Chile  el 28% están detenidas respecto a la transformación digital y cultural, el 37% se encuentra en una etapa inicial, el 25% se encuentra en una etapa media, el 10% se encuentra en un grado avanzado y 0% se encuentra en una etapa que se podría llamar digital, la pregunta es ¿Qué están esperando?

La respuesta a la interrogante es una pregunta:

¿Por qué voy a cambiar si los resultados que obtenemos son  muy buenos?

Es cierto,  pueden tener razón en la explicación, a lo menos en una parte. Si una empresa tiene resultados positivos los dueños estarán agradecidos del rédito que eso produce y alentarán a su equipo directivo a seguir ese camino, sin embargo mantenerse sólo en esa línea tendrá un costo importante en el corto plazo, especialmente dada la velocidad de cambio actual, lo que significará que probablemente tanto el modelo de negocio como la rigidez de la empresa podrían quedar fuera de mercado en tiempo record, sin un plan B y tiempo que les permita abordar el desafío de cambio.

Los estudios indican que en Estados Unidos, en los últimos años,  sólo un 40% de las empresas líderes del mercado, lograron adaptarse a las nuevas exigencias de los clientes y aún mantienen esa posición de privilegio, google está lleno de ejemplos.

¿Qué se debería hacer?

La adaptabilidad de la empresa por una parte y la capacidad de trabajar en innovación de forma paralela a la cotidianidad es el camino que han tomado muchas empresas progresistas, no abandonan el negocio que les provee los ingresos, y trabajan de manera paralela en proyectos de innovación, que al corto plazo pasan a convertirse en productos y servicios que se hacen cargo de las nuevas necesidades de sus clientes.

Hoy día más que nunca se requiere ser flexibles,  proactivos y efectivos. Sin embargo falta una real convicción para realizar los cambios al interior de la empresa, sobretodo cuando los modelos tradicionales han sido exitosos, aún estando conscientes sobre el riesgo existente, ingreso de nuevos competidores, mucho más digitalizados y ágiles, se posicionan y acaparen el mercado antes de que las empresas más rígidas puedan reaccionar.

A la falta de convencimiento se suma un error que denominaría conceptual, transformación digital es un cambio en la forma de funcionar de la empresa, es un cambio integral de ella, no es la mejora de un proceso en particular con la ayuda de tecnología, es pensar la empresa digitalmente, es introducir tecnología donde corresponda hacerlo, implica revisar profundamente la estrategia de negocio y la estructura y cultura organizacional que la sostiene y hacer cambios por más disruptivos que parezcan, todo lo demás es autoengañarse

Esto conlleva una determinación, liderazgo para afrontar desafíos adaptativos de las personas, buscar soluciones fuera de la caja tradicional e invocar y alinear con un propósito organizacional motivador, pensar un futuro distinto a la linealidad del pensamiento actual. Gordon Moore dijo en 1965 que sería capaz de duplicar la capacidad de procesamiento aumentando el número y potencia de los procesadores incorporados en los microchips de los computadores, una promesa que hizo a  10 años, sin embargo han pasado 50 años y aún lo sigue haciendo, eso significa que su evolución del procesamiento de datos es exponencial, de ahí en plena 4ta Revolución industrial, es insostenible pensar el futuro de las empresas de manera lineal pues la brecha que se genera es cada vez más amplia y será cada vez más difícil cubrir la brecha que se está generando, con la disminución de competitividad que esto implica, desaprovechando las posibilidades que ofrecen el desarrollo tecnológico

¿Dónde podrían encontrarse los principales desafíos?

La falta de determinación para la transformación, el cambio de pensamiento de lineal a exponencial, la heterogeneidad de los ecosistemas y su falta de colaboración están frenando a las empresas a asumir la responsabilidad en su transformación, más que la incorporación de nueva tecnología estamos en una paradoja cultural, donde el doble estándar de nuestra sociedad tendrá sus consecuencias, no se puede innovar si hay de base desconfianza, exceso de control, falta de delegación, demasiada autoridad y carencia de liderazgo. La tendencia mundial es la transformación digital para ello debemos reformular los modelos de negocio, la organización, la estructura, la estrategia, las personas, la cultura,  un propósito de convoque y movilice y por cierto la convicción de llevar a cabo la transformación.

El problema de fondo es que primero se debe trabajar en una transformación personal, es el miedo personal, el temor al cambio y a lo establecido que saca de posiciones de confort  a las personas lo que está generando el miedo, especialmente de los tomadores de decisiones, también se deben modificar las interacciones existentes entre distintos niveles de la organización y fuera de ella, con foco en el cliente y su velocidad de cambio, una transformación cultural, orientada hacia una cultura adaptativa y como consecuencia de todo lo anterior se facilite la tan renombrada TRANSFORMACIÓN DIGITAL, que hasta este momento no deja de ser un lindo título de moda.

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Foto: www.pixabay.com


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